La mitad de los argentinos sienten que están en crisis y seis de cada diez duermen mal
Un estudio de la UBA determinó que la mayoría de la población se siente en una posición inestable. Alarma por el riesgo de trastornos mentales.
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Más de la mitad de los argentinos perciben que se encuentran en algún tipo de crisis, y seis de cada diez no pueden dormir bien, según un trabajo del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que recopiló y analizó respuestas de personas de todas las regiones del país, y que encendió la alarma por el alto riesgo de trastornos mentales en la población.
El estudio, realizado por Martín Etchevers, Cristian Garay, Natalia Putrino y Jimena Grasso, determinó que el 51,1% de la gente considera que está atravesando alguna crisis, sea familiar, económica o de otro tipo (pero con estas dos categorías dominando el ranking).
El dato más preocupante es que los expertos que realizaron el estudio llegaron a la conclusión de que el riesgo de trastorno mental en la población general es del 7,8%, un nivel muy alto, que resulta aun mayor entre los jóvenes, segmento en el que también crece el riesgo de suicidio.
También se pudo saber a partir de esta encuesta que el 60,46% de los argentinos presenta alguna alteración del sueño.
“La muestra presenta considerables niveles de riesgo de padecer un trastorno mental. Este riesgo es significativamente mayor, así como la sintomatología depresiva y ansiosa, en los participantes más jóvenes y que se autoperciben de sectores socioeconómicos bajos”, explican los autores del trabajo, quienes señalan que estos resultados evidencian la “necesidad de políticas activas de salud mental a través de la promoción de conductas saludables, el incremento del acceso a tratamientos psicológicos y el desaliento de las conductas problemáticas”.
El punto relativo al incremento en el acceso a tratamientos tiene que ver con que, entre las personas que no están realizando un tratamiento psicológico, un 55,32% dijo que cree que debería hacerlo, pero no puede acceder a él.
“El estado de salud mental requiere políticas de monitoreo, detección precoz e intervención”, señalan los investigadores.