En una entrevista exclusiva con La Tecla Patagonia, Jorge Sapag, el exgobernador de Neuquén y referente del MPN, habló de varios temas. Cómo está posicionado el partido para el domingo, cómo se puede terminar de explotar Vaca Muerta y la polarización que presenta el segundo lugar de cara a los comicios del próximo domingo 16 de abril.
-¿Cuáles son sus expectativas y cómo se prepara el MPN para el domingo?
-El Movimiento Popular Neuquino es un partido que tiene 62 años de historia y que participará este domingo de su décimo cuarta elección. En las 13 anteriores, se recibió el respaldo de la población y ahora tenemos el reconocimiento de la gente, por una agrupación que ha sido siempre una herramienta de la democracia. Nos preparamos con mucha alegría, entusiasmo, disciplina, organización y poniendo mucha actitud. Somos respetuosos de la voluntad popular y sabemos que el respaldo tenemos que cristalizarlo en las urnas. Tenemos una fórmula con Marcos (Koopmann) y Ana (Pechen) que ha recorrido toda la provincia y escuchado a la gente, con propuestas y una buena plataforma.
Nosotros representamos un cambio constructivo, con progreso y seguro. No somos una aventura electoral. La fórmula tiene mucha preparación para gobernar. Durante 60 años, se construyó mucho: una escuela cada 30 días y un centro de salud cada 90. En el año 63´, Felipe Sapag tomó una provincia que era la más pobre de la República, y hoy Omar Gutiérrez gobierna una jurisdicción que, gracias a Vaca Muerta y a las inversiones realizadas tanto en la actividad hidrocarburífera y en el turismo, se ha convertido en una que avanzó mucho. Ha crecido 40% en nueve años, mientras que el país en los últimos cuatros va a decrecer en un 2%.
Tenemos una República con inflación, sin moneda, con pobreza estructural y con falta de inversión. Entonces necesitamos que los gobiernos nacionales acierten. Nos toca competir con esos partidos que han gobernado de forma desacertada a nuestro pesar. Creemos que el MPN fiel a sus principios e historia, sigue siendo un partido autónomo que no tiene patronaje en Buenos Aires.
-¿Qué falta en Vaca Muerta para que termine de explotar y se vea reflejado en la provincia?
-Vaca Muerta es una política de estado provincial, llevada adelante por nosotros y ya está en un 10% de su avance, pero necesitamos acelerar las inversiones para que ese recurso que está en el subsuelo se convierta en riqueza sobre el suelo. Para eso precisamos reglas de la Nación: estabilidad económica, jurídica, previsibilidad política y generar más perspectiva de trabajo a partir del dinero que venga desde afuera del país.
Por ejemplo, este año se van a invertir 8.000 millones de dólares en Neuquén para gas y petróleo, contra los 5.000 millones del año pasado, pero eso es la caja que generan las empresas en la producción local de ambos recursos, que ya abastece el 50% del petróleo del país y el 65% del gas. Pero necesitamos dar un salto cuantitativo y, para eso, Nación debe ordenar la macroeconomía. Que haya dólares en el Banco Central, que podamos frenar la inflación y generar un período de estabilidad para que los inversores elijan Argentina como un buen destino en ese sentido. No solamente en hidrocarburos, sino en fertilizantes, minería, industrias del conocimiento, actividades de energías limpias, represas hidroeléctricas sobre el Río Neuquén -que tenemos tres para ser construidas-.
Con tristeza, decimos que los partidos nacionales no han encontrado el rumbo y deben ver de qué manera encontrarlo. Estamos orgullosos del MPN y de lo que se construyó, pero también conocemos nuestra responsabilidad y compromiso, ya que Dios puso tantas riquezas en nuestra tierra, necesitamos que exista un país con más oportunidades para los jóvenes, que las futuras generaciones tengan una Argentina que no vaya de crisis en crisis.
- Habla de que hay cinco frentes que responden a Nación, ¿dentro de esos, mete a Rolo Figueroa?
-Todos los partidos restantes tienen su respaldo nacional. En el caso de Comunidad, tiene el apoyo del PRO, de Macri, y nosotros vamos a competir contra todos ellos. Tenemos la tranquilidad de estar liderando esta elección, y creemos que está polarizada la posición del segundo, tercero y cuarto puesto. Tuvimos un acto en Añelo de unas 24.000 personas, trabajadores del petróleo, y estamos muy tranquilos con lo que vemos en la calle y el apoyo de la ciudadanía a un Movimiento Popular Neuquino que conocen. Respetamos a nuestros adversarios, pero notamos que se han puesto nerviosos. Recurren a las redes sociales y a las radios para agredirnos. La democracia se construye con propuestas y no con agravios y descalificaciones. Este domingo, la gente tiene el veredicto final y creemos que será contundente para con el MPN.
-¿Cómo cae que Figueroa levante algunas banderas del MPN?
Lo suyo es un doble discurso, porque él dice que es del MPN y al mismo tiempo lo fustiga. No se puede ser y no ser al mismo tiempo, es un principio de contradicción. Está enfrente del Movimiento Popular Neuquino, disputándole su historia, su prestigio y sus 13 batallas electorales ganadas. Él quiere ganar y la gente se ha dado cuenta de esta situación, y trata de llevar agua a su molina criticando y, si puede, elogiando algunas banderas si eso le representa algún beneficio. Los afiliados no se prestan a este engaño.
¿Se sienten seguros en los pueblos chicos con respecto a los armados?
En las ciudades chicas, comisiones de fomento y en la zona rural tenemos una fuerte inserción como partido. Hacía 20 años que no gobernábamos la ciudad capital y hoy Mariano Gaido, el Jefe Comunal, lo está haciendo muy bien. Tenemos agrupaciones aliadas a nivel provincial y municipal. Dicho sea de paso, destaco eso como una apertura del MPN hacia otras fuerzas que nos acompañan en estas elecciones. Neuquén tiene el 40% del electorado, la estamos ganando bien. Acá se dirime gran parte de la batalla.
Promediante la entrevista Sapag, dejó varios conceptos. "Para nosotros, el verdadero cambio es el constructivo, el seguro. No somos un salto al vacío, un rejunte electoral. Tenemos identidad porque trabajamos fieles a nuestros principios. Creemos que hemos cambiado una provincia que hace 60 años era muy pobre y hoy es la más promisoria. No es la provincia rica que muchos predican, porque no existen en un país pobre. Las familias padecen necesidades y problemas. Somos auténticos representantes de un partido provincial que hace 62 años dio un grito de autonomía y libertad frente a las decisiones que se tomaban en Buenos Aires.
Nosotros podemos tomar nuestras propias decisiones. Somos un partido de base popular, banderas federalistas, una concepción del desarrollo y del progreso. No creemos en el estado tonto, en el que se ve cómo se distribuyen o se gastan los recursos que ingresan. Se necesita generar esos ingresos para atender todas las obligaciones. En 2007, teníamos un presupuesto de 1.000 millones dólares, y hoy lo triplicamos. Eso repercute en beneficios para la salud, la seguridad, la construcción de viviendas y para los distintos municipios, como también atender las necesidades de Neuquén, que tiene empleados públicos, jubilados y eso es una gran responsabilidad y compromiso. No hay que improvisar. Ofrecemos la identidad y coherencia de un partido con experiencia y que ha sabido renovarse a lo largo de la historia"-
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