La intendenta de Los Antiguos denunció agravios y quedó envuelta en un escándalo
Zulma Neira, junto a un grupo de personas, intentó increpar a un funcionario provincial que la vendría hostigando a ella y a su familia. La jefa comunal persiguió al agresor y terminó en el piso con una crisis nerviosa
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La intendenta de Los Antiguos, Zulma Neira, quedó envuelta en un escándalo que incluyó hechos de violencia física cuando fue, por cuenta propia, a increpar a una persona que presuntamente la venía hostigando a ella y a su familia.
Según publican medios locales, la intendenta junto a otras personas, entre las que se encontraba su marido, el suboficial escribiente César Pita, llegaron en un vehículo hasta las calles Maca Tobiano y Saturnina Burgos, donde transitaba a pie el funcionario provincial Cristian Roberto Olivares.
Luego descendieron del auto e intentaron alcanzar al hombre, aunque la acción fue impedida por otras personas que se encontraban en el lugar y por personal policial. En medio de la gresca, tal como se ve en un video que se viralizó en redes sociales, la jefa comunal cae al piso y es contenida por mujeres policías que estaban presentes. Según medios locales, la jefa comunal debió recibir asistencia médica porque sufrió una crisis nerviosa a raíz de los acontecimientos.
Olivares se desempeña como Director General Técnica, en el Ministerio de Energía y Minería de Santa Cruz. Al parecer, el funcionario había expresado comentarios con “duras acusaciones” contra las hijas de la intendenta. En el Ejecutivo calificaron esos comentarios como manifestaciones de violencia política.
Tras conocerse el hecho, concejales y referentes de “Por Santa Cruz”, espacio que conduce el gobernador Claudio Vidal y al que pertenece Neira, salieron a respaldarla y a denunciar un supuesto hostigamiento del que sería víctima hace mucho tiempo.
En un comunicado, sostuvieron que lo que ocurre en Los Antiguos es “inaceptable”, y detallaron que “no hablamos de crítica política, sino de una persecución personal y machista contra una mujer y su familia. Una violencia que ha llegado a niveles intolerables y que no podemos normalizar por parte del pueblo ni funcionarios provinciales”.
En otro párrafo, los ediles oficialistas manifestaron que lo más grave es “el silencio de quienes ocupan cargos públicos y prefieren mirar hacia otro lado, como si esta violencia no existiera”.