13 de junio de 2025
CHUBUT
Ñoquis Calientes: le redujeron la condena a Torres Otarola, pero no volverá a ejercer cargos públicos
La Cámara Penal de Trelew confirmó parcialmente la sentencia por corrupción contra la exministra de Familia de Chubut. Redujo su condena a 2 años y 8 meses de prisión en suspenso, pero ratificó su inhabilitación perpetua para ejercer la función pública

Por unanimidad, los jueces Alejandro Defranco, César Zaratiegui y Adrián Barrios confirmaron, de forma parcial, la condena en la emblemática causa “Ñoquis Calientes” que investigó una red de contrataciones fraudulentas dentro del Estado chubutense. La principal involucrada, Cecilia Torres Otarola, exdiputada y exministra de Familia durante la gestión de Mariano Arcioni, recibió una pena reducida, aunque seguirá inhabilitada de por vida para ocupar cargos públicos.
La funcionaria fue encontrada culpable de haber montado un esquema de cobros ilegales y designaciones truchas entre 2017 y 2020. Se la acusó de exigir aportes en efectivo a colaboradores políticos y de contratar a personas de su entorno —incluyendo a su niñera y jardinero— para tareas estatales que nunca se realizaron. Sin embargo, la Cámara revocó uno de los siete hechos que integraban la condena original, lo que redujo su pena de 3 años a 2 años y 8 meses de prisión en suspenso.
El fallo ratificó el resto de los cargos por los cuales fue juzgada: fraude a la administración pública y exacciones ilegales. El tribunal también confirmó las penas para otros implicados en la causa, como Mara Rodera, Facundo Solari Rodera y Miguel Reto Trelles, quienes cobraron sueldos estatales sin cumplir funciones reales, especialmente en oficinas que supuestamente operaban en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La sentencia fue considerada un fallo histórico por el Ministerio Público Fiscal, que impulsó una de las investigaciones por corrupción más resonantes en Chubut de los últimos años. El caso fue liderado por el fiscal Omar Rodríguez, quien destacó la complejidad del expediente y el impacto institucional que generó en la estructura política provincial.
La defensa de Torres Otarola había solicitado la nulidad de la sentencia inicial, al considerarla “arbitraria”. Pero la Cámara solo hizo lugar parcialmente a sus planteos y, específicamente, absolvió a la exfuncionaria y a su exniñera, Silvana Cañumil, por uno de los hechos atribuidos. En ese episodio se las acusaba de simular una asesoría política en la Legislatura, cuando en realidad Cañumil habría cumplido tareas domésticas en la casa de Torres Otarola.
Para los camaristas, no quedó demostrado con claridad que Cañumil no haya realizado tareas legislativas. El beneficio de la duda terminó beneficiando a ambas imputadas. “No se pudo probar que fuera exclusivamente una empleada doméstica ni tampoco exclusivamente una asesora política”, indicaron en su fallo.
Pese a esa absolución parcial, la condena impuesta por los otros seis hechos se mantuvo firme. En su nueva redacción, el fallo condenó a Torres Otarola por defraudación a la administración pública y exacciones ilegales —una figura penal que castiga el uso del cargo para obtener cobros indebidos—, con prisión en suspenso, pago de costas y la inhabilitación especial perpetua.
El caso, conocido mediáticamente como “Ñoquis Calientes”, salió a la luz tras denuncias que revelaron la existencia de empleados fantasmas en dependencias estatales y pagos indebidos a personas que nunca pisaban su lugar de trabajo. El proceso judicial duró más de cuatro años y dejó al descubierto mecanismos que se sostenían con total impunidad dentro de la Legislatura y el Ejecutivo chubutense.
Entre los damnificados particulares figuran Martín Sandoval, Érica Paludi y Alexis Ganga, quienes figuraban como contratados por la exministra sin haber sido debidamente notificados ni haber prestado funciones.