7 de noviembre de 2025
ESQUIRLAS TRAS EL 26O
Río Negro: el malestar y el aislamiento de un caudillo venido a menos
Fuentes oficiales consultadas dentro de la Casa de Gobierno confirmaron a La Tecla Patagonia un notorio y palpable malestar en el gobernador Alberto Weretilneck tras el fracaso del oficialismo en las elecciones legislativas. Su estado de ánimo se traslada a todos los ámbitos de la administración

El fracaso de Juntos Defendemos Río Negro (JDRN) en las elecciones nacionales legislativas del 26 de octubre golpeó con fuerza al Ejecutivo que conduce Alberto Weretilneck, teniendo en cuenta que dicho espacio no logró obtener bancas en ninguna de las dos cámaras que conforman el Congreso de la Nación, sumado a eso el hecho de que el 10 de diciembre perderá los escaños que hoy ocupan Mónica Silva (Senado) y Agustín Domingo (Diputados).
Fuentes oficiales consultadas dentro de la Casa de Gobierno confirmaron a La Tecla Patagonia un notorio y palpable malestar en el gobernador Alberto Weretilneck, cuyo
estado de ánimo se traslada a todos los ámbitos de la administración. Según estas versiones, el mandatario no se deja asesorar y está rodeado de lo que sus críticos internos denominan “amigos del campeón”, un círculo íntimo que no le habla con la franqueza necesaria sobre los errores de gestión y la realidad política.
Su estrategia de la “avenida del medio”, que tantos dividendos le había dado en el pasado, fracasó estrepitosamente en las urnas, tal como le había advertido en su momento su propio vicegobernador, Pedro Pesatti, quien hoy aparece como una voz profética marginada del núcleo duro.
En un intento por reconectarse con la ciudadanía y lavar su imagen dañada, el mandatario ha inundado sus redes sociales con contenido de un estilo más personal y directo, mostrándose
subiendo a un avión rumbo a la reunión con Milei o calificando a una intendenta como “Tía Mabel”.
Con intendentes y legisladores reacomodándose en nuevas alianzas y sectores sindicales adoptando posturas más duras y un vicegobernador que se distanció luego de que se le negara una candidatura al Senado; el futuro político de Weretilneck y de su espacio pinta
más incierto que nunca, con un mandatario que, habiendo desgastado acuerdos del pasado, ahora depende de otros para conservar una hegemonía que parecía próspera, pero que ahora se le escapa de las manos.