Argentina
Sábado, 27 abril 2024
NOTA DE TAPA
14 de noviembre de 2023

Sergio Massa Vs. Javier Milei: la última batalla se juega a todo o nada en Buenos Aires

Los candidatos presidenciales disputan gran parte de sus posibilidades de victoria en la Provincia que, por su peso electoral, vuelve a ser protagonista. Dónde conseguir más votos, quiénes los respaldan y qué objetivos buscarán alcanzar cada uno

2.374.023 votos fueron los que sacó Patricia Bullrich en la provincia de Buenos Aires en las elecciones generales y que ahora resultan ser el premio que tanto Sergio Massa como Javier Milei pelean por conseguir. Es que, como se sabe, el territorio bonaerense es más que clave para la segunda vuelta, y si alguno logra imponerse con contundencia, será el próximo Presidente de la Nación. De eso, no hay dudas.

En los comandos de campaña de ambos candidatos miran los números del 22 de octubre con detenimiento y analizan de manera rigurosa dónde es que pueden conseguir más votos. Los objetivos, aunque tienen un destino común, son distintos. Mientras Massa necesita despegarse, Milei buscará acercarse lo más que pueda a su rival. Porque, claro está, mientras menor sea la diferencia con el peronista, mayor será el beneficio propio.

Por el lado de Unión por la Patria, el gobernador Axel Kicillof decidió ponerse al frente de la cruzada para conseguir, como mínimo, el 60 por ciento de los votos para que Sergio Massa gane el balotaje y se convierta en el próximo jefe del Estado argentino. “Lo mejor que le puede pasar a la Provincia, es que Sergio Massa esté en la Casa Rosada”, repite una y otra vez.

Con la reelección asegurada, el mandatario bajó la orden de no relajarse. “La campaña no terminó”, machaca. Por eso, días después de las generales, inició una ronda de reuniones con intendentes de todo el territorio para poner en marcha el operativo “campaña permanente”, que lo llevó a una gira por grandes municipios del interior, aún en aquellos donde no se ganó la presidencial, pero sí tuvieron buenos números a nivel provincial y local. 

Según las cuentas que hacen, Unión por la Patria necesita ganar en la Provincia con el 60% de los votos para contrarrestar a las otras provincias (especialmente Córdoba) o la Capital Federal. Lo ideal, aseguran, es llegar al 70%, pero eso ya parece utópico, más allá de que en algún municipio lo puedan llegar a alcanzar. Tales son los ejemplos de Ensenada, Ezeiza o Florencio Varela, donde la boleta de Sergio Massa superó el 55% de los sufragios en octubre. 

Ahora bien, ¿cómo conseguir el objetivo planteado? En primer lugar, que los votos que sacó Horacio Rodríguez Larreta en las PASO migren en su totalidad hacia Sergio Massa. Son 1.118.933, la mitad de lo que sumó Patricia Bullrich en las elecciones generales. El Jefe de Gobierno porteño se impuso en 25 distritos de la Provincia en las primarias de agosto y en unos cuantos estuvo cabeza a cabeza con la ex ministra de Seguridad. En segundo lugar, hacer crecer el voto en blanco o, para decirlo de otra manera, incentivar el no voto a Milei que puede conseguirse por la vía del blanco, el impugnado o, directamente, el no voto. Para el peronismo, es imprescindible que no crezca la participación electoral. En 2015, cabe recordar, la participación de los empadronados en el balotaje fue del 80%, mismo porcentaje que en las generales de 2019, cuando Mauricio Macri logró recuperar una importante cantidad de adhesiones.  

Por otro lado, La Libertad Avanza pondrá todos sus esfuerzos en acortar la diferencia con Unión por la Patria. ¿Cómo puede hacerlo? En principio, cabe destacar, se enfrenta a un escenario más favorable o, si se quiere, una meta más realizable. En el partido libertario dan por hecho que los votos duros de Patricia Bullrich migrarán por completo a su espacio. La ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio sacó 1.448.907 votos en las PASO y 2.374.023 en las generales. Es decir, entre elecciones, la alianza perdió unos 100 mil adherentes, que posiblemente ya se habían trasladado a La Libertad Avanza. 

Al contrario de lo que apuesta su oponente, Javier Milei tiene que hacer el gran esfuerzo de conseguir el voto positivo, el afirmativo, el que a fin de cuentas es el que vale. Por eso los intentos de sus nuevos socios PRO de lograr que se traslade el feriado del 20 de noviembre. Pero también deberán poner especial hincapié en la fiscalización y que cada voto a LLA sea contabilizado de manera correcta. En este punto está el mayor déficit, pese a que varios dirigentes del partido amarillo estén dispuestos a prestar su estructura. Un dato no menor es que, a diferencia de Nación, quienes compitieron por la Gobernación dentro de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti y Diego Santilli, hoy juegan para Javier Milei. Allí no hay diferencias. Y esa es una verdadera ventaja para el economista libertario, porque se garantiza el aparato de ambos, principalmente en ls secciones electorales Primera y Tercera. En el interior, como se sabe, es el radicalismo quien tiene el control de la estructura, y no está para nada de acuerdo con ponerla a disposición de un candidato que ha denostado e insultado a uno de sus máximos referentes, como es Raúl Alfonsín, y al propio partido. 

En términos de estrategia de campaña, los analistas coinciden que el 19 de noviembre ganará el candidato que menos se equivoque. Pero en términos territoriales, en el campo de batalla, ganará quien haga el mayor esfuerzo por cumplir los objetivos específicos que cada alianza electoral se planteó. 


CONURBANO E INTERIOR
Los votantes sueltos tras la general y cómo se reparten los tercios

Si tomamos en cuenta la población habilitada para votar en la provincia de Buenos Aires,  12.887.085 personas, el territorio se divide poblacionalmente en tres fracciones muy equitativas en cuanto a población. Una es el Conurbano norte (primera sección), otra el Conurbano sur (Tercera sección) y otra todo el interior, mucho más vasto en territorio pero no en habitantes.  

Sergio Massa ganó en las tres regiones, con el 42% de los votos, con una apreciable ventaja sobre Javier Milei (25,71%) y Patricia Bullrich (24,09%). La Provincia es la que más lo ayudó a ganar la elección nacional, pero ahora ese 42% debe extenderse casi al 60 en el mano a mano con el libertario si Massa quiere ser el sucesor de Alberto Fernández. Entonces, otra vez, Buenos Aires se convierte en el territorio donde se libra la madre de las batallas y la clave no está en los votos que ya tienen sino en los que ambos necesitan sacar de quienes quedaron afuera de la competencia. Por eso, lo que miran todos son los votantes de otras fuerzas que se quedaron sin su primera opción.


Por Laura Funes y Hernán Sánchez

2.374.023 votos fueron los que sacó Patricia Bullrich en la provincia de Buenos Aires en las elecciones generales y que ahora resultan ser el premio que tanto Sergio Massa como Javier Milei pelean por conseguir. Es que, como se sabe, el territorio bonaerense es más que clave para la segunda vuelta, y si alguno logra imponerse con contundencia, será el próximo Presidente de la Nación. De eso, no hay dudas.

En los comandos de campaña de ambos candidatos miran los números del 22 de octubre con detenimiento y analizan de manera rigurosa dónde es que pueden conseguir más votos. Los objetivos, aunque tienen un destino común, son distintos. Mientras Massa necesita despegarse, Milei buscará acercarse lo más que pueda a su rival. Porque, claro está, mientras menor sea la diferencia con el peronista, mayor será el beneficio propio.

Por el lado de Unión por la Patria, el gobernador Axel Kicillof decidió ponerse al frente de la cruzada para conseguir, como mínimo, el 60 por ciento de los votos para que Sergio Massa gane el balotaje y se convierta en el próximo jefe del Estado argentino. “Lo mejor que le puede pasar a la Provincia, es que Sergio Massa esté en la Casa Rosada”, repite una y otra vez.

Con la reelección asegurada, el mandatario bajó la orden de no relajarse. “La campaña no terminó”, machaca. Por eso, días después de las generales, inició una ronda de reuniones con intendentes de todo el territorio para poner en marcha el operativo “campaña permanente”, que lo llevó a una gira por grandes municipios del interior, aún en aquellos donde no se ganó la presidencial, pero sí tuvieron buenos números a nivel provincial y local. 

Según las cuentas que hacen, Unión por la Patria necesita ganar en la Provincia con el 60% de los votos para contrarrestar a las otras provincias (especialmente Córdoba) o la Capital Federal. Lo ideal, aseguran, es llegar al 70%, pero eso ya parece utópico, más allá de que en algún municipio lo puedan llegar a alcanzar. Tales son los ejemplos de Ensenada, Ezeiza o Florencio Varela, donde la boleta de Sergio Massa superó el 55% de los sufragios en octubre. 

Ahora bien, ¿cómo conseguir el objetivo planteado? En primer lugar, que los votos que sacó Horacio Rodríguez Larreta en las PASO migren en su totalidad hacia Sergio Massa. Son 1.118.933, la mitad de lo que sumó Patricia Bullrich en las elecciones generales. El Jefe de Gobierno porteño se impuso en 25 distritos de la Provincia en las primarias de agosto y en unos cuantos estuvo cabeza a cabeza con la ex ministra de Seguridad. En segundo lugar, hacer crecer el voto en blanco o, para decirlo de otra manera, incentivar el no voto a Milei que puede conseguirse por la vía del blanco, el impugnado o, directamente, el no voto. Para el peronismo, es imprescindible que no crezca la participación electoral. En 2015, cabe recordar, la participación de los empadronados en el balotaje fue del 80%, mismo porcentaje que en las generales de 2019, cuando Mauricio Macri logró recuperar una importante cantidad de adhesiones.  

Por otro lado, La Libertad Avanza pondrá todos sus esfuerzos en acortar la diferencia con Unión por la Patria. ¿Cómo puede hacerlo? En principio, cabe destacar, se enfrenta a un escenario más favorable o, si se quiere, una meta más realizable. En el partido libertario dan por hecho que los votos duros de Patricia Bullrich migrarán por completo a su espacio. La ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio sacó 1.448.907 votos en las PASO y 2.374.023 en las generales. Es decir, entre elecciones, la alianza perdió unos 100 mil adherentes, que posiblemente ya se habían trasladado a La Libertad Avanza. 

Al contrario de lo que apuesta su oponente, Javier Milei tiene que hacer el gran esfuerzo de conseguir el voto positivo, el afirmativo, el que a fin de cuentas es el que vale. Por eso los intentos de sus nuevos socios PRO de lograr que se traslade el feriado del 20 de noviembre. Pero también deberán poner especial hincapié en la fiscalización y que cada voto a LLA sea contabilizado de manera correcta. En este punto está el mayor déficit, pese a que varios dirigentes del partido amarillo estén dispuestos a prestar su estructura. Un dato no menor es que, a diferencia de Nación, quienes compitieron por la Gobernación dentro de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti y Diego Santilli, hoy juegan para Javier Milei. Allí no hay diferencias. Y esa es una verdadera ventaja para el economista libertario, porque se garantiza el aparato de ambos, principalmente en ls secciones electorales Primera y Tercera. En el interior, como se sabe, es el radicalismo quien tiene el control de la estructura, y no está para nada de acuerdo con ponerla a disposición de un candidato que ha denostado e insultado a uno de sus máximos referentes, como es Raúl Alfonsín, y al propio partido. 

En términos de estrategia de campaña, los analistas coinciden que el 19 de noviembre ganará el candidato que menos se equivoque. Pero en términos territoriales, en el campo de batalla, ganará quien haga el mayor esfuerzo por cumplir los objetivos específicos que cada alianza electoral se planteó. 


CONURBANO E INTERIOR
Los votantes sueltos tras la general y cómo se reparten los tercios

Si tomamos en cuenta la población habilitada para votar en la provincia de Buenos Aires,  12.887.085 personas, el territorio se divide poblacionalmente en tres fracciones muy equitativas en cuanto a población. Una es el Conurbano norte (primera sección), otra el Conurbano sur (Tercera sección) y otra todo el interior, mucho más vasto en territorio pero no en habitantes.  

Sergio Massa ganó en las tres regiones, con el 42% de los votos, con una apreciable ventaja sobre Javier Milei (25,71%) y Patricia Bullrich (24,09%). La Provincia es la que más lo ayudó a ganar la elección nacional, pero ahora ese 42% debe extenderse casi al 60 en el mano a mano con el libertario si Massa quiere ser el sucesor de Alberto Fernández. Entonces, otra vez, Buenos Aires se convierte en el territorio donde se libra la madre de las batallas y la clave no está en los votos que ya tienen sino en los que ambos necesitan sacar de quienes quedaron afuera de la competencia. Por eso, lo que miran todos son los votantes de otras fuerzas que se quedaron sin su primera opción.


El voto cantado de los intendentes 

Tras conocerse el acuerdo entre el ala dura del PRO con La Libertad Avanza, un puñado de intendentes amarillos salió a plantar bandera y anunciar su voto a Javier Milei. Se trata de Martín Yeza (Pinamar), Néstor Grindetti (Lanús), Javier Iguacel (Capitán Sarmiento), Mariano Uset (Coronel Rosales) y Ramón Lanús (San Isidro). Lo llamativo es que todos ellos, excepto uno, finalizan su mandato en diciembre de este año y solo Yeza tiene asegurado un lugar en el Congreso de la Nación. El resto, queda a la “deriva”.

Por el lado de los radicales, solo uno se animó a dar a conocer su voto. Se trata de Facundo Castelli, jefe comunal de Puán, quien anunció su inclinación por el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. Los demás correligionarios seguirán la línea neutral del Comité Provincia. 

En el plano de los vecinalistas, en tanto, Carlos Bevilacqua, de Villarino, también votará por Massa. La afinidad del intendente con el peronismo tiene larga data. De hecho, la diputada Fernanda Bevilacqua, su hija, forma parte del Frente Renovador. 



POR GUSTAVO MARANGONI 
“El escenario donde Massa juega de local y tiene que hacer la diferencia”

La Provincia es el escenario donde Sergio Massa y el peronismo juegan de local, y es donde tienen que hacer la diferencia grande. En principio, tienen casi todo para que sea así: estructura, aparato y, probablemente, el votante más fidelizado en todo el país; frente a La Libertad Avanza, que está floja de estructura. Aún con los apoyos del macrismo está muy por debajo de lo que representa la estructura de los intendentes, referentes y la propia gobernación. Además, el gran valor agregado que tiene la candidatura de Massa es que es un hombre del territorio.

Una duda que algunos pueden tener es si aquellos que ya obtuvieron sus bancas o sus intendencias van a trabajar con el mismo ímpetu ahora que el 22 de octubre. Quizá pueda generarse en algunos el tema de si ponen energía pero no tanta como aquella vez. 
Para Javier Milei es todo más adverso en ese territorio. De hecho, no pudo tampoco hacer prosperar en un contexto más favorable la candidatura a la gobernación. Tiene un nivel de 24 o 25 por ciento, y tendría que trabajar mucho para tratar de que el peronismo no le saque veinte puntos, porque una diferencia importante en el territorio bonaerense prácticamente no tendría de dónde descontarla, por la matemática elemental de que la Provincia es casi el 38 por ciento del padrón, y Córdoba, la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe no le ayudarían a compensar.

La provincia de Buenos Aires es el arma más poderosa que tiene Sergio Massa para consagrarse presidente. 

A LA CAZA
El voto de Rodríguez Larreta, un botín apetecible para Massa

En las PASO de agosto, Horacio Rodríguez Larreta se impuso en la interna de Juntos por el Cambio en 25 de los 135 distritos de la provincia de Buenos Aires. Es allí donde Unión por la Patria deberá llevar adelante un importante trabajo militante para intentar aumentar el caudal de votos de su candidato presidencial y acercarse, mínimamente, al 60 por ciento de los votos en la segunda vuelta.

De esos 25 municipios, hay ocho en los que el Jefe de Gobierno porteño cosechó una importante diferencia sobre Patricia Bullrich, su oponente en las primarias: Campana (sacó el 67%); Chacabuco (57%); General Lamadrid (65%), General Viamonte (58%), Leandro N. Alem (56%); Maipú (72%), San Cayetano (57%) y Tordillo (73%). Si bien se trata de municipios poblacionalmente pequeños, en este escenario de polarización, cada voto cuenta.

Horacio Rodríguez Larreta también se impuso en municipios más populosos, como Florencio Varela, General Rodríguez y Esteban Echeverría, aunque con un margen menor. De todas maneras, la posición que adoptó el ex candidato de Juntos por el Cambio en el acuerdo Macri-Bullrich-Milei le serviría a Massa para sumar adhesiones. 


Sergio Massa Vs. Javier Milei: la última batalla


El radicalismo se mantiene neutral y mira desde afuera

Más allá de que cada dirigente tenga una opinión personal, puertas afuera no saldrán a apoyar a ninguno de los dos candidatos y la posición de la Unión Cívica Radical será la neutralidad. Pese a ello, una senadora bonaerense salió a plantar bandera a favor de Javier Miliee. Se trata de Flavia Delmonte, de la Quinta Sección, quien anunció su voto al economista porque, según argumentó, “Massa no puede ser nunca la respuesta a los problemas que su propio gobierno profundizó”. Según pudo saber La Tecla, la decisión de la legisladora generó malestar y enojo en el Comité Provincia, tanto por su postura como por haberse cortado sola. 


POR JULIO BURDMAN
“La Provincia, clave otra vez”

Los ojos de la segunda vuelta electoral están puestos en Córdoba y las diez provincias del Norte Grande, pero Buenos Aires será el distrito clave una vez más. Y no se trata sólo de su magnitud. Es cierto que Córdoba más el Norte Grande suman el 30% del electorado argentino, pero Buenos Aires, con su aporte de casi 40% del país, define los resultados. De hecho, fue clave la remontada de Massa en la Provincia. No obstante, la centralidad bonaerense hoy está puesta en otros detalles: el rol de Kicillof, el traslado de los votos de Juntos por el Cambio, y las acusaciones de presunto fraude electoral.

1. Kicillof tuvo un gran desempeño en la elección del 22 de octubre, superior al de Massa, y lo mismo aplica a muchos intendentes, pero el 19 de noviembre ellos no estarán. Una primera pregunta es si acaso el arrastre de abajo hacia arriba se debilitará. Esto es sumamente importante en el marco de una competencia ajustada.

2. Al igual que Patricia Bullrich y Mauricio Macri, los principales candidatos bonaerenses de Juntos por el Cambio se han inclinado por Milei. Esto incluye a Néstor Grindetti y Diego Santilli. Por su parte, la mayoría de la UCR bonaerense oscila entre el voto blanco y Massa. Sin embargo, el alineamiento del PRO provincial puede ayudar al libertario, quien allí puede hacer una diferencia mayor que en otras provincias en materia de retención de votos bullrichistas.

3. Esta elección tiene el condimento especial de las acusaciones de microfraude de parte de Milei y La Libertad Avanza. Y, como sabemos, los ojos vigilantes estarán puestos en el segundo y tercer cordón del Conurbano. Por eso, la provincia puede ser también la arena de una controversia poselectoral.

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