Apps
Domingo, 29 junio 2025
Argentina
29 de junio de 2025
INFORME

Santa Cruz, implosión en el radicalismo

El partido centenario en la provincia sureña atraviesa su peor crisis en décadas: de bastión opositor al kirchnerismo, pasó a ser un socio del oficialismo de Claudio Vidal, con fracturas internas y una identidad en declive que pauta la incertidumbre para los próximos procesos electorales

Santa Cruz, implosión en el radicalismo
Compartir

Durante años, la Unión Cívica Radical supo erigirse como la voz opositora más persistente frente al aparato kirchnerista que gobernó Santa Cruz por más de tres décadas. Sin embargo, tras la llegada de Claudio Vidal al poder en 2023, bajo el sello del partido SER, la UCR inició un giro que culminaría, en los primeros meses de 2025, en una decisión que marcó un antes y un después: integrarse al frente electoral oficialista “Por Santa Cruz”, para secundar dentro del frente provincial en las elecciones legislativas nacionales del octubre, en las que la Provincia renovará 3 bancas en diputados

El proceso no fue unánime ni pacífico. La convención partidaria celebrada en Puerto San Julián funcionó como el punto de inflexión. Allí, por 16 votos contra 14, los convencionales aprobaron la incorporación al frente oficialista, desechando la postura de competir con boleta propia o en alianza con fuerzas históricamente opositoras. Daniel Roquel, presidente del comité provincial, en declaraciones a La Tecla Patagonia, admitió el desacuerdo interno, pero también expresó su disconformidad: “La postura de los convencionales de mi sector era competir solos o con los partidos que veníamos enfrentando al kirchnerismo. Perdimos esa votación. Pero está en la voluntad de cada uno no querer participar, más aún cuando se planteaba ocupar solo un segundo o tercer lugar en la lista”.

La decisión de plegarse al esquema de Vidal implicó mucho más que un acuerdo electoral: significó una redefinición identitaria. Lo que estaba en juego no era únicamente una estrategia de coyuntura, sino el sentido de pertenencia a un proyecto político que históricamente se presentó como alternativo. Roquel fue contundente: “en una elección de tercios, es imposible que alguna fuerza meta dos legisladores. El radicalismo no tenía posibilidad de encabezar la lista. Nosotros decidimos no participar”.

El escándalo de la interna: listas, papeles sustraídos y denuncias cruzadas

La implosión interna del radicalismo se agravó en el proceso de armado de listas. Las internas convocadas para el 13 de julio estaban pensadas para ordenar las candidaturas dentro del frente “Por Santa Cruz”. Dos listas se habían inscripto inicialmente: una encabezada por Gisella Martínez, con el apoyo del vicegobernador Fabián Leguizamón, y otra presentada por la concejal de Río Gallegos, Daniela D’Amico.

Lo que ocurrió el día del cierre de listas desató un escándalo interno. Según relató Roquel, el presidente de la Junta Electoral, Roger Ojeda, –vinculado al sector de D’Amico– se retiró abruptamente del comité provincial con toda la documentación oficial: papeles, avales, actas y registros digitales. La situación derivó en una exposición policial y dejó al partido al borde del colapso institucional. “Se llevó todo el material correspondiente a la oficialización de las listas. No quería volver a traer los papeles”, declaró Roquel. La Junta Electoral, en ese contexto, proclamó la única lista que había quedado en pie, tras el retiro de la nómina de D’Amico.


La Policía interviniendo el comité Río Gallegos de la UCR el pasado domingo 22 de junio

Desde el sector disidente, la interpretación fue diametralmente opuesta. La concejal D’Amico denunció que se trató de un operativo de persecución política impulsado por el oficialismo provincial. “Estamos analizando hacer una denuncia por violencia política e institucional. El vicegobernador está utilizando recursos del Estado para difamar y decir cosas que no son ciertas”, afirmó en diálogo con La Tecla Patagonia. Aseguró que la Policía se movilizó en la sede radical con una celeridad “que no suele tener cuando se trata de atender situaciones graves de inseguridad”.

Según la edil, la intervención policial, sumada a una campaña de desprestigio orquestada desde medios cercanos al Gobierno Provincial, apuntaba a deslegitimar su candidatura. En ese clima, explicó su decisión de retirar la lista: “consideré jugar la interna solo para declinar, pero después sentí que era absurdo. ¿Para qué competir en algo en lo que no quiero estar?”. Acusó a Leguizamón de operar políticamente dentro del partido con una lógica autoritaria. “Él respeta la democracia solo cuando gana. Cuando no tiene los votos, impugna. Cuando los tiene, habla de consensos. La verdad es que esta interna fue una farsa”.



La implosión del radicalismo no se limitó al plano electoral. La fractura fue formalizada a través de un documento firmado por dirigentes provinciales, convencionales y militantes históricos, entre ellos Roxana Reyes, Daniel Roquel, Daniela D’Amico y otros. En el texto se denunció que la interna convocada para el 13 de julio carecía de legitimidad democrática y representaba una imposición del oficialismo. Se anunciaba la no participación en esa elección y se rechazaba la subordinación partidaria al proyecto de gobierno de Claudio Vidal.

La proclama también criticaba la gestión provincial por el deterioro del sistema de salud, la falta de una ley de coparticipación municipal y el uso de recursos del Estado para condicionar decisiones internas de los partidos. Además, se cuestionaba la pasividad del gobierno frente a denuncias graves contra el diputado Fernando Españón, titular del bloque vidalista en la Legislatura, acusado de abuso de poder, acoso sexual y violencia institucional.

Frente a este escenario, el ala del oficialismo provincial –representada por Leguizamón y sus aliados– avanzó con la proclamación de Gisella Martínez como candidata única, desestimando las objeciones del otro sector, que advirtió que la participación en el frente oficialista no contará con apoyo militante ni territorial. “Nosotros no vamos a acompañar ninguna lista de Por Santa Cruz. No vamos a ser parte del gobierno provincial”, reiteró D’Amico.


Junto al vicegobernador Leguizamón, Gisella Martínez encabeza la lista del radicalismo que se integrara a la nomina de candidatos del oficialismo provincial para las elecciones a diputados nacionales de octubre 

Un vacío de representación, pérdida de identidad e incertidumbre electoral

En ese marco, la propia dirigencia radical reconoce que el escenario es sombrío. Roquel admite que el radicalismo viene perdiendo capacidad de representación. “Si la sociedad no ve una alternativa potente, termina votando por otros espacios. Hoy se polariza entre La Libertad Avanza y el peronismo. Y nosotros vamos quedando relegados”. D’Amico coincide en el diagnóstico: “Hay cosas que se ganan en la calle, con el vecino. No desde los escritorios del poder. Ellos son políticos de oficina. Nosotros queremos seguir embarrándonos con la gente. Pero con estas reglas, es difícil”.

A este cuadro se suma un elemento que agrava la situación: la derogación de la ley de lemas. Con la eliminación del sistema que permitía la sumatoria de votos entre sublemas, los partidos deben redefinir su estrategia electoral. Pero si bien se sancionó una normativa electoral transitorio, Santa Cruz aún no cuenta con una nueva legislación clara. Roquel lo resume con crudeza: “no tenemos una ley electoral vigente. Eso crea incertidumbre total”.

Este vacío normativo impide planificar con previsibilidad los próximos comicios municipales y provinciales. A su vez, profundiza la fragmentación interna: sin reglas claras, cada sector de la UCR intenta construir su camino en soledad. Algunos ya evalúan alianzas con partidos nacionales. Otros, como D’Amico, apuestan por conservar la identidad radical y volver a las bases, en un camino de reconstrucción lenta, pero con convicción.

Entre la reconstrucción y la disolución: ¿hay futuro?

A seis meses del inicio del año, la UCR de Santa Cruz parece haber tocado fondo. Lo que ocurrió en las últimas semanas será recordado como el proceso de descomposición más acelerado de un partido tradicional en la historia política de la provincia. El radicalismo se enfrenta ahora a un dilema existencial: persistir como socio del oficialismo, desdibujando su perfil histórico, o iniciar una reconstrucción desde cero, con dirigentes nuevos y renovadas convicciones.


D'Amico y Roquel durante las celebraciones por el 137 aniversario del partido

Lo que está en juego no es una banca o una elección. Es el alma misma del partido. Como dijo Roquel, “el radicalismo tiene que recuperar el protagonismo que supo tener. Y eso no se logra siendo furgón de cola de nadie”. Por ahora, las señales son contradictorias. La dirigencia oficialista festeja su victoria interna. Los críticos organizan reuniones paralelas. Y los militantes, muchos de ellos desorientados, esperan señales claras de conducción.

La historia de la UCR santacruceña aún no ha terminado. Pero tras la convención de San Julián, el escándalo de las internas y el alineamiento con Vidal, su narrativa ya no será la misma. El partido centenario se enfrenta a una disyuntiva: morir como instrumento del poder o renacer como opción real de transformación. Lo que decida en los próximos meses marcará su lugar –o su ausencia– en el porvenir político de Santa Cruz.

OTRAS NOTAS

CAMINO A LAS URNAS

La UCR de Río Negro reunió su Convención e irá hacia octubre por la avenida del medio

El radicalismo provincial se congregó en Allen, renovó autoridades y delegó en la conducción partidaria la negociación de eventuales alianzas para las elecciones nacionales. Rechazo a los extremos y reafirmación de una identidad progresista y federal

Copyright 2025
La Tecla Patagonia
Redacción

Todos los derechos reservados
Serga.NET