Los gobernadores de las provincias del sur acaban de asumir sus mandatos con diferentes realidades. En algunos casos cuentan con comodidad en el respaldo legislativo y municipal, en otros deberán apelar a la búsqueda de acuerdos con otros espacios para garantizar la gobernabilidad.
A la complejidad que se presenta en cada provincia con las nuevas autoridades y los reacomodamientos lógicos de la puesta en marcha se suma el cambio abrupto de paradigma a nivel nacional con la asunción del libertario Javier Milei en la Presidencia. El referente de La Libertad Avanza pondrá en marcha una serie de medidas financieras que podrían complicar las gestiones de los mandatarios patagónicos.
La Tecla Patagonia te cuenta con qué llegan al poder los referentes de las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, qué respaldos cosechan, qué vínculos deberán trabajar más y qué relaciones tienen más aceitadas.
Contexto complejo
El escenario nacional de los últimos meses complicó mucho el cierre de las administraciones de los salientes gobernadores y obligó a gestionar a los nuevos incluso antes de tiempo, para garantizarse algunas cuestiones básicas, como son el pago de salarios y aguinaldos.
Milei anticipó que “bajar la inflación tarda entre 18 y 24 meses”, es decir, su gobierno podría controlar la variación de precios entre los meses de julio y diciembre de 2025. Además indicó que la economía argentina va a entrar en un proceso de estanflación. Entre otras medidas explicó que el objetivo será desarmar la “bola de Leliq”, las letras que emite el Banco Central para sacar pesos del mercado y, de esta forma, levantar el cepo cambiario.
El paquete de medidas anunciadas desde el plano nacional tendrá impacto en las provincias que no encontrarán en Nación respuestas económicas y que deberán buscar formas de aminorar el cimbronazo.
En este sentido, si existiese o no la posibilidad de auxilio dependerá de la cintura que tenga cada mandatario para gestionar en Nación y de las relaciones que hayan cosechado con los libertarios. Este será un punto a trabajar para muchos de los gobernadores que no tuvieron hasta hoy acercamientos.
Más allá del panorama económico, lo político se presenta complicado sobre todo en las provincias de Chubut y Santa Cruz, donde hay enfrentamientos fuertes y que podrían tener correlatos en las respectivas legislaturas y en algunos municipios.
En Chubut, Ignacio Torres asumió con apoyo de radicales y de un sector del peronismo, pero siguen abiertas varias heridas internas en Juntos por el Cambio, que podrían ser un dolor de cabeza en el mediano plazo para el referente del PRO. Además en Comodoro Rivadavia hay un sector del peronismo más duro que le presentará batalla y promete pisarle lo talones.
Respecto de los municipios, Torres envió buenas señales a todos los intendentes electos, pero habrá que ver si logra sostener estas relaciones institucionales.
En Santa Cruz, la situación es mucho más delicada. El petrolero Claudio Vidal ganó con amplia diferencia, pero hay sectores del kirchnerismo duro que resistirán en todos los espacios posibles: Legislatura donde tienen mayoría, y municipios importantes que todavía dominan, como Río Gallegos y El Calafate.
En Neuquén y Río Negro, el panorama es más tranquilo desde lo político. En ambos casos, los flamantes gobernadores de partidos provinciales, Alberto Weretilneck (JSRN) y Rolando Figueroa (Comunidad), llegaron con espacios conformados por alianzas variopintas y transversales que agrupan a peronistas, radicales y referentes provinciales. Habrá que ver si estas alianzas se sostienen en el tiempo y cuál es el correlato que puedan tener en la Legislatura y en los municipios donde no ganaron los propios sino los aliados.
En cuanto a los primeros desafíos en general, todas las provincias trabajarán en estos primeros meses con dos objetivos: uno es ordenar las cuentas, estabilizarlas, dentro de
lo posible y del inestable contexto nacional; y el otro es el tema educativo, poner en marcha a fines de enero la maquinaria para reparar escuelas y hacer el mantenimiento necesario para garantizar el inicio de clases.
Las paritarias en febrero serán otro punto a trabajar desde el comienzo de la gestión. Primero conseguir el dinero para poder ofrecer algo concreto y real, y segundo entablar un ida y vuelta de “comprensión” con los gremios, teniendo en cuenta el impacto macroeconómico.
El contexto en el que les tocó asumir a los gobernadores patagónicos no es el mejor, tendrán que apelar al diálogo tanto a nivel nacional como en sus pagos para poder lograr consensos en una época que se adelanta como de vacas flacas. Habrá decisiones difíciles, como determinar en qué áreas achicar y administrar con equidad lo que haya. Serán tiempos de puesta a prueba, donde algunos llegan con la ventaja de la experiencia en gestión y otros buscarán compensar la falta de la misma con apertura y dialoguismo.
|
