Por Aníbal Urios (Licenciado en Ciencias Políticas - DC Consultores)
"¿Cuándo fue la última vez que votaste con ilusión?", preguntamos en una encuesta el año pasado y las respuestas fueron poco alentadoras. Hubo dos momentos que la opinión publica menciona como con ilusión, con ganas: 1983 y 2003. Ambos coinciden en un momento muy particular de la argentina (la vuelta a la democracia y las pos salida en helicóptero de un presidente), después predomino el “hace mucho tiempo que no voto con ganas”.
Hoy quizá se le atribuya el ausentismo al miedo al covid, pero debemos nadar mas profundo para entender los ánimos del electorado. Hoy el covid es la excusa no la causa. La desilusión, el hartazgo, la bronca y hasta el odio son las principales emociones de la sociedad argentina y me atrevo a decir que quizá ni el mas fanático vote con esperanza e ilusión.
Ya hace tiempo que el voto debe ser entendido como EMOCIONAL, poco a poco el voto ideológico fue desapareciendo. Ni hablar el hereditario (ya los padres no definen el voto en casa), y esa emoción es la que nos empuja a ELEGIR a DECIDIR en quien depositar el voto. Después lógicamente damos una explicación consciente: hasta hace unos años, el impedir que gane el que no quiero era la motivación principal.
Pero en estas PASO la ecuación es otra. No define un ganador, no define quien se sentara en una banca, no define la distribución de poder, solo define y arregla los problemas de la clase política, por lo cual carece de sentido práctico para el electorado…poco atractivo.
¿Pero las ideas, las propuestas, las plataformas no atraen a la gente? Responden en un No rotundo, no les creen, no las escuchan, no les interesan, es más de lo mismo. Porque cuando preguntamos SU VOTO ES: nos dicen ECONOMICO en su mayoría (solo entre un 25 y 30% nos responde ideológico/partidario), y en estas elecciones nada de eso se discute, nada de eso esta en juego!!!
Presentado el escenario, sumado a la disociación de la clase dirigente con la Opinión Pública. Y teniendo la mejor excusa a mano (COVID) Es lógico que nadie quiera ir a votar… el 65% voto en Salta en AGOSTO, y esos números se volverán a repetir en las elecciones de septiembre.
Si los políticos no toman nota, no hacen un mea culpa, no buscan el reencuentro con el electorado, esto va a ir cada vez peor. Ya es hora que dejen de lado la sobreactuación, el teatro, las especulaciones, las mascaras, los cambios que hacen electoralmente y entiendan que la mejor campaña es cuando están en el cargo día a día. De apoco se podrá construir la relación con la OP, sino cada vez serán menos los que vayan a votar.
Hay que sumarle al contexto que cada vez mas, la mayoría de los votantes pueden cambiar su intención de voto cada día y cada hora, con base en información y sin ataduras ideológicas, y ”se sienten libres para tomar decisiones de último momento”.
Dirigentes por una vez, a los pies de sus electores. |
