Además de los usos clásicos de accesorios y juguetes sexuales, hay toda una variedad dedicada específicamente a la estimulación anal, esa zona deseada, que tiene un lugar relevante en el mundo de la pornografía, aunque todavía genera pudor y aún cuesta hablar tan abiertamente como del coito vaginal, o del sexo oral.
La industria creativa para el placer se expande, existen variedades de accesorios novedosos y estimulantes.
Varios fantasmas fueron construidos en torno a ese orificio que atentan contra la predisposición a explorarlo. Hay prejuicios y temores creados desde lógicas conservadoras, usadas para catalogar a las personas por el tipo de sexo que realizan: era un terreno exclusivo para hombres homosexuales o mujeres “fáciles”. Nada de eso tiene sentido.
El ano es una zona erógena con sus particularidades, que puede potenciar el disfrute y sumar adrenalina al encuentro con alguien o para la masturbación.
Para quienes prefieren ir más allá de lo usual las ofertas más jugadas incluyen objetos inflables, y hasta ganchos para la zona.