Argentina
Viernes, 29 marzo 2024
NANCY GONZALEZ
20 de diciembre de 2020

El tiempo es ahora: aborto legal 2020

De cara a la votación en el Senado de la Nación del 29 de diciembre, la legisladora del Frente de Todos plasmó su visión del momento histórico en exclusiva para La Tecla Patagonia

El tiempo es ahora: aborto legal 2020 - La Tecla Patagonia
El tiempo es ahora: aborto legal 2020 - La Tecla Patagonia

Por Nancy González, Senadora Nacional por Chubut (Frente de Todos)

Tal y como prometió en su campaña electoral el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner enviaron al Congreso Nacional, en el primer año de su gobierno, el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En el 2020, el año de pandemia, del fortalecimiento del sistema de salud y del esfuerzo inconmensurable de la sociedad entera y del gobierno por resguardar la mayor cantidad de vidas, el poder ejecutivo cumplió con su palabra y no dio el año por cerrado hasta que el debate del aborto, una práctica que actualmente se realiza de forma clandestina, vuelva a pasar por el circuito parlamentario y de una buena vez y para siempre, ser ley.

A pesar de ser acusado de cursar un tratamiento exprés, el proyecto para legalizar el aborto tuvo que volver a empezar en un recorrido parlamentario arduo y no sin obstáculos. Esta vez con un gobierno favorable a su sanción, lo que cambia considerablemente su condición y posibilidades, volvieron a pasar cientos de expositores y expositoras por ambas Cámaras. Muchos y muchas de quienes asistimos ya habíamos participado en 2018 y junto con ello los mismos argumentos. Luego de una intensa semana de comisiones, en la que logramos obtener el dictamen, quisiera compartir algunas reflexiones. En primer lugar resaltar que, a pesar de que se trató de un debate respetuoso, tuve la percepción que a medida que pasaban los días la intensidad y vehemencia iba en aumento lo que complicaba encontrar puntos de acuerdo. En este sentido creo que, cientos de exposiciones o millones eran exactamente lo mismo. El trabajo hecho en comisiones, recuperando y retomando la labor de 2018 era no solo necesaria sino urgente. Para las mujeres y personas con capacidad de gestar, destinatarias por excelencia de esta política pública, la respuesta no puede seguir en pausa y no resultaba ético permitir que el Congreso Nacional desconozca todo el largo proceso atravesado hace tan solo dos años. Además, esto es algo propio del trabajo legislativo dado que, muchas veces las iniciativas caducan y tienen que recomenzar un recorrido, pero siempre a la vista de los antecedentes parlamentarios. Que un debate pase o no por la Cámara no resulta inocuo. Es producción de conocimiento, de interés y que por eso se le da un tratamiento protocolar de inconmensurable valor: registros, versiones taquigráficas, grabaciones etc., quedan al servicio de las y los legisladores.

Por otro lado, no podemos perder de vista que, a diferencia del primer tratamiento, esta vez contábamos con una iniciativa enviada directamente desde el poder ejecutivo y la decisión política de avanzar hasta su sanción. Esta es una de las facultades de dicho poder, enviar mensajes, para que se legisle en lo que considera prioritario como eje de su política. En este sentido, tengo que ser justa, el proyecto enviado es una composición en la que se retoman pedidos y demandas de múltiples sectores. La iniciativa del gobierno no se propuso un debate profundo alrededor de siglos de patriarcado sobre los cuerpos feminizados ni la soberanía de estos. El proyecto lo dice claramente en su primer artículo que lo que intenta es regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado argentino en materia de salud pública, para contribuir a la reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible. Una vez más el gobierno de Alberto Fernández pone el acento en la salud pública, en la perspectiva sanitaria con la convicción que cada vida cuenta. El dictamen obtenido el jueves, y que estaremos votando el 29 de diciembre, viene a coronar el año en el que el poder ejecutivo nacional puso su máximo foco en cuidar la salud poniendo en primer plano la responsabilidad que tiene el Estado en garantizarla. Y si bien, durante las exposiciones contamos con médicos y médicas, especialistas y demás experticias considero que esta lectura, esta intención no ha sido bien abordada. Así como para cuidar la vida en pandemia hemos logrado acuerdos sociales, entendiendo lo peligroso y lo potencial, deberíamos poder hacerlo con la salud y la vida de los cuerpos gestantes.

El aborto existe, es una realidad innegable. Ninguno de los expositores y expositoras que asistieron esta semana a las comisiones, ni a favor ni en contra de la iniciativa, pudo negarlo. Este es un punto de partida, de acuerdo que debería permitirnos avanzar. Esta ley viene incluso, a otorgar derechos a los y las profesionales objetoras de conciencia. Solo pide a cambio la buena fe y la derivación a tiempo y efectiva. Muchas veces se dijo, pero me gusta siempre repetirlo, esta ley no obliga a nadie hacer algo que no esté de acuerdo, algo que no quiera. La interrupción voluntaria del embarazo intenta poner de manifiesto una realidad que atravesaron y atraviesan miles de mujeres en soledad y en silencio debido al miedo de ser juzgadas. Los últimos años nos demostraron que no estamos solas, que la clandestinidad es cosas del pasado. Es decir, lo que intentamos legislar es que se respeten las decisiones, las posiciones éticas de todos y de todas. Sobre todo, de todas que son quienes acaban arriesgando su vida y su libertad

Todavía tenemos diez días que transitar hasta llegar al recinto. Junto a mis compañeras senadoras, estamos trabajando para que este 2020 nuestro país tenga a disposición esta ley tan necesaria. Como sabemos bien las mujeres y diversidades, basta solo con recorrer nuestra historia, los derechos que conquistamos siempre son con lucha y con esfuerzo. Tengo la certeza que, si este 29 de diciembre logramos sancionar la interrupción voluntaria del embarazo, será el primer paso de otro largo recorrido que tendremos que transitar; pero ya estando en el marco de la legalidad y con el desarrollo, evaluación y monitoreo de políticas públicas. Las leyes no son únicamente artículos que se cumplen. Son consensos sociales que requieren de tiempo, de trabajo y del compromiso de la sociedad. Nos queda por delante un enorme trabajo por hacer en materia de educación sexual integral, en fortalecimiento de derechos sexuales y reproductivos y con el sistema de salud den general. Estamos asistiendo a un cambio de paradigma, nuestras juventudes nos los recuerdan todo el tiempo. Nos debemos una sociedad más justa e igualitaria. Otorgar posibilidad de elegir, es decir, otorgar libertades siempre resulta un avance y ampliación de derechos siempre se hizo bajo gobiernos peronistas.
 

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