Historias de negocios en los que se funden lo privado y lo público hay a raudales y en todos los casos, los perjudicados son los mismos de siempre: los vecinos de a pie, el ciudadano común, el trabajador. Y si de perjuicios al erario público se trata y hay tierras en disputa, seguro hay un barrio privado en el medio. En este caso, el hecho ocurre en la capital de la provincia y con el Rincón Club de Campo. El selecto conglomerado de viviendas ocupa desde hace 6 años – antes lo hizo con un permisó por 10 años otorgado en 2002- tierras que pertenecen al Estado. |