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29 de julio de 2020

La inusual situación de la pandemia del coronavirus pone en jaque a las elecciones del año que viene. En este escenario, el oficia

La inusual situación de la pandemia del coronavirus pone en jaque a las elecciones del año que viene. En este escenario, el oficialismo se debate entre buscar el voto del centro o apostar al núcleo duro. La visión de los analistas Mariel Fornoni, Analía Del Franco, Artemio López y Carlos Germano

La inusual situación de la pandemia del coronavirus pone en jaque a las elecciones del año que viene. En este escenario, el oficia - La Tecla Patagonia

En ningún escenario posible que haya podido imaginar el presidente Alberto Fernández entraba que en sus primeros meses de gobierno tendría que enfrentar una pandemia de dimensiones desconocidas. El panorama no era prometedor si se pensaba en la economía erosionada que heredaba de la gestión anterior, con el agregado de una deuda externa sofocante, con vencimientos muy difíciles de cumplir en el corto plazo. Pero la llegada del coronavirus complicó la esperada recuperación y, de a poco, comenzó a desgastar la altísima aprobación que ostentaba el mandatario nacional tras la victoria en los comicios de 2019. 

Todavía con una crisis sanitaria por surfear y un canje de deuda por resolver, la cuarentena -por ahora- no logró retrasar la próxima batalla que tiene el oficialismo en las urnas, entre agosto y octubre del año que viene. A pesar del futuro incierto en todo sentido, el cronograma electoral fue ratificado semanas atrás, por lo que hasta el momento, el oficialismo no deberá perder de vista la compulsa en los comicios. Los cuatro meses y monedas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) han acercado de manera alarmante los tiempos electorales. De hecho, por lo bajo, varios dirigentes reconocen que la campaña ya comenzó. 

En este sentido, el Frente de Todos posee un escenario complejo a futuro. Por un lado tiene la posibilidad de lograr la mayoría en ambas cámaras, e incluso el quorum propio, en el mejor de los casos. Al mismo tiempo, la crisis que profundizó el COVID-19 generará una merma en el caudal obtenido en los comicios del año pasado, por lo que deberá hacer un esfuerzo para mantener los votos, e incluso ir en busca de aquellos que puedan perderse en el camino. Allí se abren dos escenarios: priorizar el voto de centro o independiente o reforzar el núcleo duro kirchnerista. 

En ambos casos, la decisión de índole electoral esconde una definición más profunda e intrínseca: hacia dónde va el Gobierno. El rumbo que se tome marcará el horizonte político de los próximos meses y, probablemente, de lo que podría llamarse la segunda parte de la gestión de Alberto. Habrá un antes y un después de la pandemia, sin dudas, y llevará un tiempo reconstruir el país, no solo desde lo sanitario, sino, y sobre todo, desde lo económico. En parte, el futuro electoral, al menos en el corto plazo, está atado a ese resurgir, a las medidas que se tomen pospandemia y su eficacia. 



A falta de una definición de la estrategia, conforme avanza el 2020, no son pocos los que se animan a plantear sus diferencias con la conducción del Presidente, y algunos, tampoco esquivan flashes y micrófonos para hacerlo. Esto evidencia una tensión entre esas dos (o más) partes que conviven en el oficialismo. Por un lado, los de pura cepa kirchnerista, que esperan iniciativas más radicales, algún golpe de Alberto sobre la mesa, que no llega; y por el otro, los conciliadores, los que surfean la grieta, de corte albertista; aunque tampoco habría que perder de vista al massismo, que siempre juega su partido. 

De esta manera, la agenda que se elija en el futuro inmediato será un mensaje hacia afuera, pero también, y fundamentalmente, hacia adentro. Los próximos pasos a seguir en materia electoral y, por lo tanto, en lo que tiene que ver con políticas públicas, marcarán el pulso de la convivencia interna del Frente de Todos. De cara a lo que viene, el mayor desafío del Gobierno nacional será mantener la tropa unida y convencida del norte elegido. El liderazgo de Cristina parece imponerse aun sin que ella lo manifieste abiertamente. De cómo se acople la dupla Presidente-Vice dependerá en buena parte el futuro en las urnas, pero también en los hechos, en la toma de decisiones, del Ejecutivo y, en consecuencia, del electorado. 


Artemio López
“La definición estratégica no es solo electoral, es política”

En diálogo con La Tecla, el analista Artemio López afirmó que “hay dos estrategias. Una prioriza los independientes, que están por sobre la grieta, clase media independiente sin vinculación partidaria. Y la otra prioriza la base propia, un 40%, y a partir de la gestión cree que, por cálculo costo beneficio, se van a incorporar los demás al voto del Frente de Todos. Son dos concepciones, no solo electorales, sino también dos modelos de gestión y políticos. Mi percepción es que Alberto tiene la primera estrategia como prioritaria, él siempre fue antigrieta; y Cristina piensa más en sintonía con lo segundo”. Sobre los comicios del 2021, el sociólogo subrayó: “Es una elección clave, porque ahí se va a jugar la profundización de un rumbo o un cambio definitivo, además de las cuestiones de gobernabilidad que pueden suceder si el oficialismo no logra una victoria. Una derrota en las elecciones de medio término en Argentina es dramática”. Por último, López sentenció: “Creo que no se puede romper el Frente de Todos, pero va a haber tensiones, porque implica una visión de país y una construcción de poder. Pero después de las elecciones del 2021, según cómo marchen las cosas, puede ser. Tensiones, sí, porque es una coalición, aunque el 80% de los votos vienen de Cristina; pero eso no tiene una representación dirigencial en la misma medida. Hay más kirchnerismo en la base electoral que en la dirigencia. Todas las iniciativas de índole kirchnerista quedaron postergadas”.




Analía Del Franco
“El Gobierno debe hacer foco en el sector de adherentes blandos”

La consultora política Analía del Franco aseguró a La Tecla: “Creo que para poder repetir una elección como la del 2019 tiene que estar en la misma sintonía de amplitud. El núcleo duro está muy cerrado, y se lo ha reforzado mucho en las primeras semanas y meses antes de la pandemia. Incluso en la pandemia hubo una atención especial hacia estos sectores. Y es un sector que está fijo. El objetivo que se deberían proponer es mantener ese mix que se logró en 2019”. Respecto de las elecciones venideras, la analista expresó: “Alberto está con Cristina y la boleta la sostienen ambos, no van a llevar candidatos por separado. Ahí hay un combo que va a estar en la elección, también. Es una situación de tensión y cambios de opiniones fuertes a la que nos vamos a tener que acostumbrar, porque tanto críticas y elogios se desdicen diariamente. De momento creo que no afecta al núcleo duro”. Añadió: “No creo que se pueda dividir el Frente de Todos en 2021. Sí va a haber chisporroteos y cambios de opiniones, pero no divisiones. Puede perjudicar o beneficiar esa tensión, pero no al punto de romperse”. Por último, Del Franco aseveró: “Creo que hay que transitar por el mismo camino del 2019, si bien no es la misma situación. El foco lo haría en el sector que llamamos adherentes blandos, que son los que no son del núcleo duro. Hay que trabajar ahí, que ese sector esté satisfecho. Pasa que ahora, con la pandemia, nos pasó un camión por encima, pero esa línea es la que habría que respetar”.


Mariel Fornoni
“Creo que el desafío lo tiene más la oposición que el oficialismo”

La consultora política Mariel Fornoni señaló a este medio que “en este mundo de total incertidumbre es muy difícil pensar qué va a pasar en octubre del año que viene. Pero lo que está en juego es que el oficialismo pueda tener quorum propio y pueda tener mayoría en ambas cámaras. Hoy, lo tiene en el Senado, pero en Diputados no la tiene tan fácil. Eso es lo que le puede cambiar al oficialismo. Si se repite un escenario como el del año pasado, le daría la posibilidad al oficialismo de tener quorum propio y mayoría en ambas cámaras”. Asimismo, la analista indicó: “En el caso del oficialismo, si retiene lo que tuvo, es porque la oposición no creció, y con eso, hoy gana. Tampoco le conviene innovar mucho. Es cierto que ganó la elección con mucha gente que estaba en el medio y que se cansó de Macri y apostó por Alberto, no por Cristina. No ganó con los votos del kirchnerismo. Pero también hay que decir que Cristina logra trasladar sus votos a quien sea que señale. Ella tiene un techo bajo pero un piso alto, tiene más de 30 puntos para arrancar”. Por último, Fornoni aclaró: “Por eso creo que el desafío lo tiene más la oposición que el oficialismo. También hay que ver qué sucede después de la pandemia; suele ocurrir que después de desastres y crisis le resulta muy difícil al oficialismo ganar la elección. Sobre todo si se empieza a percibir una situación de doble comando, donde hay una alianza electoral que piensan bastante distinto entre sí. Y si no tenés una oposición fuerte del otro lado empezás a tener grieta interna”.




Carlos Germano
“El Presidente, todavía no logra liderar el Frente de Todos”

El analista Carlos Germano apuntó a este medio: “Consolidar solo el bloque duro kirchnerista, no es bueno estratégicamente. Ese voto está. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires y gracias a la figura de Cristina. Ya lo demostró en las elecciones del 2017. Hoy por hoy necesitan ir a buscar el voto centro, el que, de alguna manera, los acompañó para darles el triunfo el año pasado. Creo que esa debe ser la estrategia, aunque hablar hoy de 2021 es ciencia ficción. Lo que estamos viviendo hoy con la pandemia y el cansancio de la sociedad es una incógnita para ver cómo se recompone todo esto. Con el voto propio únicamente, no les alcanza”. Germano manifestó también que “el dato es cómo funcionan las coaliciones electorales y si pasan sin problemas a coaliciones de gobierno. En líneas generales, en Argentina no han funcionado las coaliciones de gobierno. Es un país muy presidencialista. No funcionó con la Alianza, ni con Macri. Cambiemos era una coalición, pero el Ejecutivo respondía fuertemente al liderazgo de Macri. Sí funcionó la coalición parlamentaria. Ahora empieza a haber cuestionamientos en torno a si el Presidente puede liderar esta coalición. Creo que este es uno de los graves problemas políticos que está teniendo la Argentina”. En la misma sintonía, el analista señaló: “Hoy se ve un Presidente que no está marcando agenda. Hoy tiene mucho más peso Cristina en la agenda pública política que Alberto. Me parece que ahí es donde empieza a haber un escenario de muchas dificultades. Ahí está el problema político del oficialismo. El Presidente, todavía no pudo liderar la coalición del Frente de Todos”.



 

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