Las constelaciones familiares son una herramienta terapéutica que revela dinámicas inconscientes transgeneracionales en individuos. De ninguna manera sustituyen la psicoterapia convencional ni el tratamiento médico. La metodología fue desarrollada por el terapeuta alemán Bert Hellinger integrando elementos de la terapia familiar sistémica, fenomenología, psicoanálisis y pilates. Su fundamento teórico se basa en tres principios: órdenes del Amor; el derecho de pertenencia y el respeto a la jerarquía.
La alteración de estos órdenes por exclusiones, secretos, duelos no elaborados o lealtades invisibles genera síntomas que se transmiten a través de generaciones.
Las constelaciones pueden realizarse en formato individual, utilizando muñecos, hojas de papel o visualización guiada, con una duración habitual de entre cuarenta y cinco minutos, o en formato grupal, donde los participantes actúan como representantes de miembros del sistema familiar. En el taller grupal la duración por constelación oscila entre treinta minutos y tres horas. El proceso grupal se inicia con una entrevista al consultante que coloca intuitivamente a los representantes en el espacio. Estos informan de las sensaciones físicas y emocionales que experimentan, permitiendo que emerja información no conocida conscientemente por el consultante.
El facilitador introduce frases hasta configurar una imagen de solución que restablece el flujo. Los efectos de una constelación se integran entre seis y dieciocho meses después. Los temas que pueden elegirse son infinitos, no es adecuado constelar predicciones del futuro, diagnósticos médicos, ni resolver aspectos legales sin componente sistémico. Aún no existe regulación oficial sobre esta materia.
Las constelaciones familiares conquistaron todo el globo terráqueo. Hoy se utiliza en contextos terapéuticos pero también en ámbitos organizacionales.