*Por Sebastián Simonetti
Ya se palpita en la arena política el clima electoral, aun cuando restan dos meses y medio del 2018, considerado en la previa como un año de gestión, pero con la referencia inevitable a la disputa en las urnas que tendrá lugar el año próximo. En ese sentido, las distintas fuerzas políticas van definiendo sus candidatos y su lugar de cara a la gran batalla por la conducción de la Provincia. En ese sentido, no hay que perder de vista que varias de ellas todavía deben decidir su futuro interno. En esa empresa se embarcará en los próximos meses la Unión Cívica Radical, en la antesala de la definición de la conformación de la alianza Cambiemos en Chubut.
De esta manera, el centenario partido definió la fecha para la renovación de autoridades: será el 2 de diciembre. Y hasta el momento hay dos candidatos a conducir el comité provincial: Mario Cimadevilla y César Herrera, actual presidente. Sin embargo, de acá al cierre de listas puede surgir una tercera opción, así como también que ambas listas confluyan en un espacio de unidad. Estos dos meses de campaña serán claves para sondear el peso específico de cada uno en el territorio y, sobre todo, en el poroteo de delegados.
En este camino a la renovación de autoridades, el radicalismo provincial se vio sacudido por una revelación de su máximo referente, el diputado nacional Gustavo Menna. El legislador -apuntado por muchos para ser el candidato de Cambiemos a la Gobernación- desechó de plano ser el nuevo presidente de la UCR en Chubut por una sencilla razón: respetar la carta orgánica. La misma establece, en el artículo 28, que toda persona que ocupe un cargo electo por el voto popular, no podrá tener al mismo tiempo uno a nivel partidario. De esta manera, Menna se bajó de la interna.
La jugada del referente parece haber sido un mensaje hacia abajo, en pos de la unidad. Sucede que el hincapié en la norma deja al descubierto las irregularidades que podrían generarse en la presentación de los delegados, ya que todos aquellos que ostenten un cargo público, no podrán serlo. A priori, ese hecho parece perjudicar al sector de César Herrera, que tenía en carpeta a varios dirigentes importantes, como Sergio Ongarato y Jacqueline Caminoa, ambos en la función pública, y estarían afuera. El guiño de Menna favorece a Cimadevilla, que se posiciona para encabezar la unidad.
No obstante, hay un tercer sector con importante representatividad en la Provincia: el Frente Radical Amaya Chubut. El FraCh está alineado hoy con la actual conducción del partido, pero no ha definido aún su posición de cara a la renovación. Bien puede renovar el vínculo o cortarlo y armar otro, o hasta ser una alternativa de conducción. Los próximos meses serán decisivos para el espacio que conduce Orlando Vera. Otro referente importante que hoy quedó lejos de los flashes es Carlos Lorenzo, quien amagó con ser candidato pero, al no contar con la fuerza suficiente en el territorio, se bajó de la carrera.
En cualquier caso, todas las corrientes del radicalismo coinciden en un punto: la falta de protagonismo de su partido en la alianza Cambiemos. Y hacia allí apuntan los cañones en este proceso electoral. Primero resolverán sus diferencias partidarias, para luego meterse de lleno en la conformación o no de la alianza nacional. Si bien la conducción nacional hace las veces de guía, a nivel provincial hay mucho malestar por la relegación de la UCR y, sobre todo, por las formas de sus vecinos del Pro, quienes son clara minoría en la Provincia.
De alguna manera, esa es la otra interna que ya empieza a jugarse en esta, el futuro del partido en el 2019: si prospera la postura más proclive a la conformación de Cambiemos o la vertiente más purista de la militancia que busca abrirse camino por su cuenta. El tiempo dirá de qué lado cae la moneda, pero ya está en el aire.
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